Con receta medica

Mas que un medio de transporte, la bomba naranja de Ktm funciona como una cura contra la depresión y el aburrimiento.
Su utilización no es apta a todos los públicos… pero esto se debe menos a su radicalidad extrema (perfectamente gobernable gracias a un tacto excelente del acelerador y una entrega bastante progresiva de potencia) que a una facultad oculta a la vista, pero no por eso menos cierta: La capacidad de transformar a quien la conduce.
Esta moto provoca en quien se pone a sus mandos, un cambio similar al que producía el tónico que tomaba el doctor Jekyll. Puedes haber sido un motero tranquilo y respetuoso toda la vida, pero si no haces un esfuerzo de concentración desde el primer minuto, terminaras haciendo el cabra.
A partir del momento en el que sabes que esta moto va ha transformar tu manera de comportarte al volante, puedes aprovechar los momentos previos a subirte a la moto, o incluso los semáforos y los pocos instantes en los que los atascos te obligan a bajar el ritmo para intentar controlar a ese monstruo incivico en el que la Ktm puede convertirte casi sin que te des cuenta, subiéndote la adrenalina cada vez que abres gas.

El artículo completo  se puede leer aquí y en la revista MotoViva Nº 77… donde fue publicado originalmente.

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