Prejuicios

Todo el mundo odia los prejuicios y todo el mundo (más o menos) tiene alguno. Yo tengo los míos… y aunque no estoy orgulloso de ellos, la mayoría de las veces encuentro argumentos para justificarlos.
Soy fanático de Harley y Ducati y normalmente no me alejo de mis temas preferidos, pero este fin de semana, a Claudio y a mi, nos tocaba probar dos motos muy especiales, alejadas… eso si, de mi categoría de motos “ideales”.
Se trata de la novísima DN01 (cedida por cortesía de Angel Perez de Honda Taulé), moto que tuvimos oportunidad de probar durante buena parte del sábado, y de la que, esta semana, haremos un completo análisis y compararemos con la exitosa T Max 500 (cedida por Juampi Prokopio)
A manera de avance, sirvan mis primeras impresiones:
Mucho se ha escrito de la novedosa caja de cambios de la DN 01, pero una cosa es lo que había podido leer, y otra muy distinta es probarla. La suavidad del cambio en modo manual es espectacular, nunca da un tirón, ni sube de revoluciones cuando no toca. La retención del motor es tan buena, que puede pasar desapercibida, uno se olvida que no hay embrague, y conduce la moto como si hubiese rodado con ella todo el año. Incluso en modo automático, las sensaciones que proporciona se parecen más a una moto que a un scooter. No existe prácticamente retardo entre el acelerador y la entrega de potencia. Si aceleras con suavidad… saldrás suavemente, y si das rosca con ganas, será como si hubieses soltado el embrague con gran maestría, y dejaras parado a todos los que te acompañen en cualquier semáforo.
La T Max, por otro lado, tiene un comportamiento mucho más similar a los scooter convencionales, pero incluye algún detalle más de confort y su comportamiento, aun siendo mas clásico, tiene pocas cosas que envidiarle.
Va a costarme encontrar argumentos, para criticar a estas dos maravillas de la técnica.

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